"No Juzguéis, para que no seáis Juzgados."
(Mateo 7.1)

Una pareja de jóvenes tenia varios años de casados y nunca pudieron tener hijos.
Para no sentirse solos, compraron un cachorro Pastor Alemán y lo amaron como si fuera su propio hijo.
El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso Pastor Alemán.
El perro salvó, en mas de una ocasión, a la pareja de ser atacada por ladrones.
Siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro.
Luego de siete años de tener al perro, la pareja logro tener el hijo tan ansiado.
La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones que tenían con el perro.
Éste se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebe, y no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.
Un día la pareja dejo al bebe plácidamente durmiendo en la cuna, y fueron a la terraza a preparar una carne asada.
Cual fue su sorpresa, cuando se dirigían al cuarto del bebé y ven al perro en el pasillo, con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola.
El dueño del perro casi sin pensar, saco un arma que llevaba y en el acto mato al perro.
Luego corrió al cuarto del bebé y para mayor sorpresa encontró una gran serpiente degollada.
El dueño comenzó a llorar y a exclamar:
¡¡¡He matado a mi perro fiel!!!MORALEJACuantas veces no hemos juzgado a las personas; lo que es peor las juzgamos y condenamos sin investigar a que se debe su comportamiento, cuales son sus pensamientos y sentimientos... Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario...
La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien, recordemos la historia del perro fiel... así aprenderemos a no levantar falsos contra una persona hasta el punto de dañar su imagen ante los demás...
Debemos darnos cuenta que los sentimientos de las personas son frágiles y fáciles
de dañar pero difíciles de sanar...